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Año nuevo, hábitos nuevos

Mtro. José Enrique Martínez

Mtro. Emmanuel Montiel


“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos que se repiten día a día”.

Robert Collier.


Cómo es tradición, muchas personas al iniciar el año realizan rituales y acciones enfocadas a cumplir nuevos #propósitos; desde “ser más felices”, “mayor abundancia”, “terminar una carrera profesional” o hasta “dejar de fumar”. Trazarnos objetivos o #metas es parte de la naturaleza humana, pero no todo queda ahí… llegar a estas implica más allá de fuerza de voluntad y suerte.


Es por esto que no solo es importante poner el ojo en la mira hacía donde queremos llegar, sino además centrarnos en el proceso y en las acciones que nos encaminan paso a paso hacía el tipo de persona que queremos ser o estar donde tanto hemos deseado llegar. El problema no es plantearnos metas para cada año nuevo que empezamos, sino solo esperar a que esto suceda sin hacer algo relacionado a esto.


Procrastinación, el enemigo No.1


Una de las principales razones por las que no llegamos a cumplir con los objetivos que nos planteamos, no solo es el concluir lo que estamos realizando, sino además el iniciar y mantenernos en dicha actividad. El postergar las actividades que hemos iniciado es algo a lo que es importante prestar atención, ya que hay factores que dificultan el continuar y concluir con las actividades, por eso mismo te invitamos a identificar los siguientes puntos que fomentan la #procrastinación:


  • Baja tolerancia o intolerancia a la #frustración: Cómo seres humanos, tenemos la tendencia a buscar la gratificación inmediata o satisfacción a corto plazo, no obstante, esto no quiere decir que tenemos que ceder a nuestros impulsos o a nuestros deseos cada que nuestra mente nos lo indica. En este sentido, el realizar actividades o responsabilidades va más allá de “echarle ganas”, implica aceptar y tolerar la incomodidad que conlleva el realizar actividades que no nos ofrecen una gratificación inmediata. Por lo tanto, es necesario practicar habilidades que nos permitan convivir con las emociones o sensaciones desagradables mientras hacemos cosas que son importantes o valiosas para nosotros.

  • Engancharse con #pensamientos permisivos: “Como no me siento con ganas, mejor lo hago después”, “para que hacerlo sí…”, “mañana que me sienta mejor, lo haré porque…”. Estos y muchos otros pensamientos más son comunes en la postergación, donde característicamente los pensamientos están enfocados en la lógica “si me siento mal, no tengo que hacer tal actividad”. La problemática no radica en tener los pensamientos, sino en engancharnos en ellos y obedecerlos como si fueran órdenes. Si cada vez que aparezcan estos pensamientos permitimos que determinen nuestras acciones, difícilmente podremos cumplir nuestros objetivos.

  • Plasmar objetivos poco realistas y poco concretos: Un error común que cometemos los seres humanos es considerar que los objetivos llegan por sí solos sin elaborar un plan de qué pasos seguir y qué procesos llevar a cabo, así cómo no enlazar dichas metas u objetivos a valores. En este caso los valores son aquellas cosas que le dan sentido a nuestras vidas, es aquello que nos define y el porqué vale la pena hacer las cosas. Vincular nuestras metas y objetivos a valores ayuda a replantear los “sacrificios” como esfuerzos con un sentido, y ayuda a darle trascendencia a las metas. No es lo mismo bajar de peso, a planear empezar a correr 3 veces a la semana por las mañanas, acudir con el nutriólogo, dándole el sentido de lograr un mejor estado de salud física para poder hacer más actividades. Una buena forma de construir objetivos realistas es a partir de la estrategia SMART: Specific (específicos), Mensurable (medibles), Achievable, (alcanzables), Relevant (relevantes) y Timely (temporales).

  • Aplazar el primer paso: otro aspecto importante que dejamos de lado al momento de intentar alcanzar nuestras metas es evitar el primer paso, la primera acción, los primeros 2 minutos para emprender aquello que buscamos. Toma en cuenta que el cerebro humano no genera la motivación antes de empezar a realizar acciones, sino que se motiva, al hacer aquello para lo cual buscamos motivarnos, cuando al haber dado el primer paso, se refuerza la percepción de logro. Una buena estrategia para dar el primer paso es hacer la acción contraria a lo que estamos haciendo para aplazar la acción, pasar del “mañana lo haré” al “voy a hacerlo por 5 minutos”, y una vez cubiertos los 5 minutos, continuar por otros 5, y así sucesivamente.

  • Percepción de sí mismo: en ocasiones, podemos llegar a construir una imagen y un concepto de nosotros mismos como “flojos”, sin percatarnos que en realidad esto es consecuencia de observarnos en la procrastinación como seres poco capaces de tomar acción. La mejor forma de comenzar a construir una imagen de ti mismo o de ti misma con capacidad para lograr metas, es haciéndolas, aún con el malestar y frustración que pueda generarnos el tiempo que nos lleve alcanzarlas. Roma no se construyó en un día, permítete reconocer y aceptar tu ritmo y tiempo para trabajar en tus objetivos.

  • Estrés: en definitiva, uno de los factores cruciales para que la procrastinación se perpetúe, es que tengamos elevados niveles de #estrés.

Como lo hemos comentado hasta este punto, es claro identificar que #procrastinar no es un problema de personalidad ni de eventos fortuitos del universo o destino, se trata de un problema relacionado con la regulación de las emociones, en el que buscamos motivarnos estando felices, y evitando realizar acciones por sentirnos tristes, enojados o con cualquier otra emoción distinta de la alegría. Recuerda que la tristeza, así como el enojo, el miedo, la angustia, también nos motiva y proporciona información valiosa para comenzar a movilizarnos en busca de alcanzar algo. Permítete escuchar a tus emociones e identificar qué mensaje te envían, y aprovéchalo para comenzar a actuar.



Primero actúo, luego me motivo


Hacerle caso a nuestros pensamientos permisivos es algo cotidiano, ya que no es algo que hemos aprendido a hacer, solemos “dejarnos llevar” por lo que pensamos y sentimos. En el día a día consideramos que para hacer algo tenemos que estar en sintonía con nuestros pensamientos y emociones, para después hacer algo relacionado a esto (por ejemplo; “voy a ir al gimnasio hasta mañana, porque hoy no amanecí motivad@”).


Lo importante en este punto es recordar que no es necesario estar motivados o con energía para empezar a hacer lo que es importante para nosotros. No es necesario, tener pensamientos o emociones positivas para iniciar aquello que hemos postergado con tiempo, ya que cuando empezamos a realizar este plan u objetivo, posteriormente llegan las emociones y pensamientos deseados.


Por ejemplo, piensa cuando fue la última vez que hiciste algo a pesar de “no tener las ganas” o “no estar seguro y tener miedo”, posiblemente fuiste a alguna fiesta a pesar de que alguien de ahí no te cae del todo bien, tal vez un día de esta semana hiciste algo de tu trabajo que no te gustaba. Reflexiona si para hacer esto, fue necesario tener #motivación o emociones positivas.


En resumen


Construir buenos hábitos, comienza con llevar a cabo acciones planificadas, orientadas al tiempo y flexibles.

No se trata de establecer un plan rígido que seguir, sino de elaborar una herramienta de orientación que nos permita gestionar las acciones necesarias para lograr las metas que nos hemos planteado, y permitiéndonos observar o medir nuestros avances.

Por tanto, es importante que, para que tus propósitos de año nuevo puedan ver la luz y te sientas satisfecho o satisfecha de haberlos alcanzado, identifiques tu nivel de tolerancia a la frustración, los pensamientos permisivos y si tus objetivos son realistas, para luego comenzar con pequeñas acciones: “paso a paso se va lejos”, solo te tomará unos minutos.



El Maestro José Enrique Martínez Sánchez es egresado del Posgrado en psicología clínica y counseling de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México campus Santa Fe. Es experto en Trastorno Obsesivo Compulsivo certificado por TOC México y es colaborador de Good Life Terapia. Si deseas agendar una cita con él, contáctanos al Whatsapp 7714354421.




Emmanuel Montiel Rojas es Psicólogo y Maestro en Ciencias Biomédicas y de la Salud por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Diplomado en Terapia Cognitivo Conductual por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Experto en personalidad, depresión, conducta suicida, familias y educación y colaborador de Good Life Terapia. Si deseas agendar una cita con él puedes contactarnos en el Whatsapp 7714354421.




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