Por Mtra. Tere de Lucio y Mtro. José Enrique Martínez
De pronto, al estar navegando en las redes sociales solemos encontrarnos videos, memes o cualquier tipo de contenido donde aparece gente que se usa el transporte público usando pañuelos desechables para sujetarse, personas que se limpian las manos o la mejilla después de saludar a otros, o que se cambian la chamarra o ropa después de estar en algún lugar y, aunque esto en ocasiones luzca exagerado o sea justificado como cuidados por alguna pandemia, detonando así diferentes opiniones; también existe la posibilidad de que estas personas padezcan trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
El TOC es un padecimiento psiquiátrico y psicológico que se caracteriza por tener obsesiones en forma de pensamientos, imágenes y/o sensaciones que se presentan de manera intrusiva, recurrente e involuntaria los cuales causan niveles de ansiedad y malestar elevados. El contenido de los pensamientos obsesivos varía de persona a persona, ya que comúnmente identificamos al TOC cómo un padecimiento en el que las personas solo se lavan las manos de manera frecuente o les gusta mantener el orden, pero esto no es así, puesto que algunos de estos pensamientos están relacionados a un miedo a pérdida de control y generar daño hacía los demás, ideas frecuentes de duda sobre sí, se cometen actos deshonrosos o inmorales, miedo a generar accidentes de manera supersticiosa, pensamientos intrusivos sobre la sexualidad de uno mismo o los demás, estos entre los más frecuentes.
Otra característica fundamental de este trastorno son las compulsiones, las cuales son los comportamientos físicos o mentales que tienen como objetivo reducir el malestar asociado a las compulsiones. Esto es importante de recalcar ya que comúnmente se tiene la creencia de que estas conductas se realizan con gusto o disfrute, sin embargo, quienes padecen de esta enfermedad realmente perciben sufrimiento si no realizan dichos actos y realizar las compulsiones genera alivio temporal, aunque esto implique sufrimiento y malestar a largo plazo.
Entre las compulsiones físicas más frecuentes se encuentran, por ejemplo el lavarse las manos durante mucho tiempo hasta sentir una sensación de alivio (incluso si esto genera un daño físico), ordenar de manera simétrica artículos para evitar altos niveles de ansiedad y más pensamientos intrusivos (lo cual no se realiza por gusto) y comprobar o revisar diversos actos repitiendo un número de veces hasta que esto genere disminución de ansiedad y no por la búsqueda de placer cómo suele considerarse.
Las conductas compulsivas o rituales, como también se les conoce, pueden ser actos mentales que tienen el mismo objetivo de disminuir o neutralizar la respuesta de ansiedad, por ejemplo: rezar de manera repetitiva hasta percibir que la ansiedad ha desaparecido (lo cual no está relacionado a un significado religioso que alguien sin TOC normalmente realizaría), contar o repetir ciertas palabras (para quitar el malestar o ansiedad de producir un posible riesgo).
A pesar de que las personas que sufren de TOC son conscientes de que sus pensamientos son irracionales, les es complicado controlarlos, por lo tanto, el ciclo obsesivo-compulsivo tienen un alto costo de quien lo padece, ya que toma mucho tiempo y esto genera deterioro significativo en las diferentes áreas de la vida. Recordemos que las personas con trastorno obsesivo compulsivo realizan las compulsiones no con agrado o como parte de una rutina, sino con el objetivo de “prevenir” o “evitar” una situación temida, incluso si esto implica diversas afectaciones cotidianas.
Aunque la descripción de este trastorno pareciera sencilla tal y como lo reflejan algunos contenidos audiovisuales, en realidad no lo es. Tal y cómo mencionábamos, el TOC puede manifestarse en diversas modalidades y no solamente al aparentemente presentar un cuidado o gusto por el orden, lo cual puede complicar su análisis clínico para quienes no están familiarizados con la amplia sintomatología en que puede presentarse. Así mismo, cuando se padece de TOC, suelen presentarse de manera análoga otros problemas clínicos cómo la depresión, trastornos de personalidad o conductas de riesgo como el consumo de alguna sustancias (drogas o alcohol).
Por lo tanto, realizar un tratamiento para el manejo del TOC requiere de un experto en el tema, para una evaluación y diagnóstico adecuado para así llegar a una intervención efectiva. Para este padecimiento, la Terapia Cognitivo Conductual convencional (de segunda generación) lamentablemente no es un tratamiento eficaz para este padecimiento en comparación con la Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta (EPR), esto de la mano con la terapia de Aceptación y Compromiso.
El objetivo del tratamiento implica que la persona pueda recuperar la funcionalidad previa al inicio del padecimiento, retomando así actividades significativas que ha dejado de realizar debido a la evitación de las obsesiones y ansiedad que se presenta. De esta manera, la persona con TOC a través de diferentes estrategias y recursos afrontará de manera directa o mediante ejercicios de imaginación, aquellas situaciones que tanto teme y evita afrontar.
Algo importante de mencionar referente al tratamiento, es que este no busca un cambio a nivel de pensamiento intentado que la persona vea de manera realista las obsesiones que tanto teme, sino romper el ciclo obsesivo-compulsivo al reaccionar de manera distinta a las obsesiones sin responder a ellas a través de las compulsiones, ya que las conductas compulsivas solamente generan alivio temporal, incluso incrementando la intensidad y frecuencia de los pensamientos obsesivos.
El contenido del presente material solamente es de carácter introductorio, ya que al hablar de este padecimiento al igual que otras temáticas de salud mental es muy amplio. Esperamos que la información plasmada sea de tu agrado y utilidad a pesar de su brevedad.
Si conoces a alguien que padece, pudiera presentar trastorno obsesivo compulsivo, o incluso si te sucede a ti, ¡acude con nosotros, ya que en Good Life Terapia contamos con expertos que podrán ayudarte!
Mtra. Teresa de Lucio Tapia es maestra en psicología clínica por la UNAM experta en terapia desde la DBT, atiene a personas con problemas de personalidad y forma parte de Good Life Terapia, si deseas agendar una cita con ella contáctanos. WhatsApp 7714354421
Mtro. José Enrique Martínez Sánchez es egresado del posgrado en psicología clinica y counseling de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México campus Santa Fe. Es experto en Trastorno Obsesivo Compulsivo certificado por TOC México y forma parte de Good Life Terapia. Si deseas agendar una cita con él, contáctanos.
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