Marco Antonio De La Cruz Perez
"El coraje no siempre ruge. A veces es la pequeña voz tranquila al final del día que susurra: 'Lo intentaré de nuevo mañana'".
- Mary Anne Radmacher
El coraje, ese valor intrépido y audaz que nos impulsa a enfrentar nuestros miedos y desafíos, es una cualidad fundamental para lograr cambios significativos en nuestras vidas. A menudo, superar obstáculos y transformar situaciones adversas requiere una dosis considerable de valentía. Para comenzar, les comparto una anécdota personal en la que la valentía y el coraje fueron cruciales para superar una situación difícil y abrir paso a un cambio positivo.
Durante mis años de bachillerato, me enfrenté a un desafío significativo: un grupo de acosadores constantemente hacía mi vida imposible. Su intimidación constante me llevó al punto de no querer asistir más a la escuela. Sin embargo, un día, ya totalmente harto de sus abusos y, a pesar del miedo, me decidí a enfrentarlos directamente. No mentiré, no fue como la fantasía de Hollywood en la que la valentía me dio superpoderes, vencí a los bullies y asombré a todos. Lo que realmente pasó fue que recibí un par de palizas y un bonito ojo morado de recuerdo. Sin embargo, algo sorprendente ocurrió: me gané su respeto. A partir de ese momento, no me molestaron más y pude terminar mis días de bachillerato en paz.
Con esta anécdota, quiero ilustrar cómo el coraje puede ser un catalizador poderoso para el cambio, incluso en las situaciones más desafiantes. Desde el punto de vista de la psicología, el coraje ha sido objeto de estudio y análisis en diversas investigaciones. Estudios han demostrado que el coraje es una habilidad que se puede cultivar y fortalecer a lo largo de la vida. Los psicólogos han identificado el coraje como un componente esencial en el proceso de cambio y crecimiento personal. Asimismo, la resiliencia, la capacidad de recuperarse y adaptarse frente a la adversidad, está estrechamente relacionada con la valentía. Investigaciones científicas han demostrado que las personas resilientes tienen una mayor disposición a enfrentar situaciones difíciles y a superar obstáculos. El coraje actúa como un impulsor de la resiliencia, permitiéndonos desafiar nuestras limitaciones y encontrar soluciones creativas a los problemas que enfrentamos.
Aunado a lo anterior, a nivel neurológico se ha encontrado que el cerebro es altamente adaptable y tiene la capacidad de cambiar y reorganizarse, fenómeno conocido como plasticidad cerebral. El coraje y la voluntad de enfrentar desafíos pueden desencadenar cambios positivos en el cerebro, promoviendo el crecimiento neuronal y facilitando la formación de nuevas conexiones.
Siempre he creído que es más fácil hablar que hacer, y afrontar situaciones difíciles y/o desafiantes puede ser aterrador. Una de las principales barreras para el cambio es el miedo. El miedo a lo desconocido, a fracasar o a enfrentar situaciones incómodas puede paralizarnos y limitar nuestras oportunidades de crecimiento. Es fácil decir "sé fuerte", "sé valiente" o cualquier frase de motivación personal como: "La mayor aventura que puedes emprender es vivir la vida de tus sueños". Pero la realidad es que no es nada sencillo llevarlo a cabo, pero ahora que reflexiono sobre esto hay una palabra, una idea, un concepto que me llega a la mente: la libertad. Así como somos libres para decidir permanecer con miedo, de rehusarnos al cambio, de soportar situaciones difíciles y no hacer algo; también somos libres de luchar por nuestro bienestar.
En este sentido, hay un par de historias sobre la libertad que me fascinan y conmueven grandemente. La primera, "El hombre bicentenario" de Isaac Asimov, narra la historia de Andrew Martin, un robot doméstico que, por la adaptabilidad de su cerebro artificial, desarrolla emociones y conciencia de sí mismo. A medida que convive con los humanos, despierta en él, primeramente, el deseo de ser libre. Libre para tomar decisiones y tener el control de su propia vida. De esta forma, entabla una lucha en busca de su libertad, para poder actuar y pensar libremente y no ser una simple herramienta de servidumbre ni un objeto que puede ser destruido arbitrariamente en cualquier momento. Posteriormente, su lucha se torna hacia el reconocimiento de su humanidad y, a pesar de sus grandes aportes en los campos de la salud, ciencia, tecnología, arte y cultura, de ser un ser capaz de pensar y sentir, el mundo se niega a considerarlo humano por el miedo y recelo hacia los robots. Finalmente, Andrew reúne el coraje para reemplazar sus partes robóticas por equivalentes biomecánicos, lo cual implicó un deterioro gradual de su vida. Es así como, en la víspera de su muerte, el presidente mundial dijo:
—Hace cincuenta años, Andrew fue declarado el robot sesquicentenario —hizo una pausa y añadió solemnemente—: Hoy, el Señor Martin es declarado el hombre bicentenario.
La segunda historia es la película "The Shawshank Redemption" (Sueños de fuga), basada en una novela de Stephen King. Cuenta la historia de Andy Dufresne, interpretado por Tim Robbins, quien es condenado injustamente a cadena perpetua. A lo largo de la historia, Andy es víctima de opresión, abusos e injusticias terribles, pero a pesar de ello, muestra un coraje extraordinario y lucha por mantener su humanidad. No quiero dar demasiados detalles porque es una historia hermosa que vale la pena mirar, pero Andy logra su tan ansiada libertad.
Si bien estas historias son fantasiosas y extraordinarias, son ejemplos maravillosos sobre el poder del coraje, la perseverancia y la creencia en uno mismo para superar las circunstancias más desafiantes. Recordemos que el coraje es una habilidad que podemos cultivar y fortalecer, y al hacerlo, nos abrimos a nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo personal. De esta forma, para finalizar les comparto algunas pautas para iniciar el proceso de cultivar y fortalecer el coraje:
Acepta la incomodidad: El coraje implica enfrentar situaciones incómodas o desafiantes. Acepta que experimentarás cierto nivel de malestar emocional, pero recuerda que la incomodidad es temporal y necesaria para crecer y alcanzar tus metas.
Establece metas realistas: Define metas y desafíos que estén al alcance de tus posibilidades. Comienza con pequeños pasos para enfrentar tus miedos y expandir tu zona de confort gradualmente. A medida que logres superar desafíos más pequeños, estarás mejor preparado para enfrentar desafíos más grandes en el futuro.
Practica la autorreflexión: Reflexiona regularmente sobre tus logros y desafíos enfrentados. Reconoce tus fortalezas y áreas en las que puedes mejorar. Las experiencias pasadas son una gran oportunidad para el aprendizaje. Bien dice una frase, comúnmente atribuida a Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
Celebra tus éxitos: Reconoce y celebra cada paso que des hacia adelante, por pequeño que sea. Celebra tus logros y reconoce el coraje que has demostrado. Esto te motivará a seguir desafiándote a ti mismo y a cultivar un sentido de eficacia.
Busca apoyo: No tengas miedo de pedir ayuda y apoyo cuando lo necesites. Puede ser útil contar con el respaldo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental para enfrentar situaciones difíciles. El apoyo de otras personas puede brindarte la confianza y la motivación necesarias para superar tus miedos.
Marco Antonio De La Cruz Perez es Doctor en Psicología egresado del programa de maestría y doctorado de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Licenciado en psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Es experto en temas de conducta prosocial, dinámica de grupos, engagement forma parte de Good Life Terapia como Director de Proyectos, escríbenos WhatsApp: 77-14-35-44-21.
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