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Trastorno límite de la personalidad y el camino a la regulación emocional

María Teresa de Lucio Tapia


¿Te identificas o conoces a alguien con características como las siguientes?

Cambios frecuentes e intensos del estado de ánimo, incertidumbre sobre si mismo y su rol en el mundo (que puede traer como consecuencia rápidos cambios en sus intereses y valores); visión polarizada (todo bueno o todo malo) sobre las personas, las relaciones interpersonales o las situaciones. Percepción de miedo al abandono y esfuerzos considerables por evitarlo; conductas impulsivas y con frecuencia arriesgadas, como comprar compulsivamente, relaciones sexuales de riesgo, abuso de sustancias, conducir de forma imprudente, conductas autodestructivas, pensamientos suicidas, sensaciones de disociación[i], relaciones interpersonales inestables, entre otras.

Pues todas estas son características del trastorno límite de la personalidad #TLP.


¿Qué causa el trastorno límite de la personalidad?

De acuerdo con la teoría dialéctica conductual #DBT y el modelo biosocial, el trastorno límite de la personalidad parte de la dificultad en la regulación de las emociones (desregulación emocional), el control de los impulsos, relaciones interpersonales y la autoimagen. Esta desregulación suele generalizarse, es decir, se presenta en una amplia variedad de emociones y problemas para adaptarse, utilizando conductas inadecuadas para disminuir la emoción.


Específicamente, la teoría biosocial, propuesta por Marsha Linehan, refiere que esta desregulación se debe a la interacción de un componente hereditario, llamado vulnerabilidad biológica y un ambiente invalidante. La vulnerabilidad biológica presenta tres características: alta sensibilidad a los estímulos emocionales (sobre todo negativos), respuestas muy intensas e impulsivas, en ocasiones desproporcionadas a lo que representa el estímulo y un lento retorno a la calma. Por su parte, un ambiente invalidante corresponderá a aquel contexto en el que la persona existe y el cual, le enseña a autoinvalidarse, a oscilar entre la expresión emocional, la inhibición y la agresión y además, le enseña a responder con altos niveles de frustración al fracaso y una baja tolerancia al malestar. Esta interacción entre el ambiente invalidante y la vulnerabilidad biológica generarán una persona insegura, confundida, con dificultades para observar su emoción, nombrarla, regularla y dependiente a las señales del entorno.


¿Cómo es su tratamiento?

Cuando existe desregulación emocional, es usual encontrar que las personas suelen describirse como vacías, con poca identificación de quiénes son, percepción de desconexión con los demás, de desprecio por sí mismas o de inutilidad. Uno de los tratamientos que más eficacia han mostrado es la terapia dialéctica conductual, la cual consta de cinco modalidades de tratamiento: la terapia individual, entrenamiento grupal en habilidades, coaching telefónico, terapia de familiares, sesiones de supervisión en equipo de expertos. Además de estas modalidades, es importante la vinculación con otros especialistas, si esto es necesario.


A lo largo del tratamiento, las personas con desregulación emocional aprenden cuatro grupos de habilidades, todos con un objetivo y una intención, por ejemplo, para desarrollar la habilidad de observarse, observar el entorno sin juicios y percibir la realidad tal como es, se trabajan estrategias de atención plena.


Igualmente, se entrenan en habilidades de eficacia interpersonal para trabajar con esas relaciones caóticas y difíciles. Para saber qué hacer con las emociones de cada día estarán las habilidades de regulación emocional y, para trabajar la intensidad emocional y el control de los impulsos existen las habilidades de tolerancia al malestar. Es importante señalar que el objetivo principal de la terapia dialéctica conductual es que cada una de las personas vivan una vida que merece la pena ser vivida.


¿Te interesa este tipo de tratamiento?

¡Contáctanos!



María Teresa De Lucio Tapia es egresada del Programa de Maestría en psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Diplomada en Dialéctica Conductual (DBT México). Experta en Trastornos de la Personalidad, celos y enojo patológico y forma parte de Good Life Terapia, si deseas agendar una sesión con ella, escríbenos WhatsApp: 77-14-35-44-21


[i] La disociación es un mecanismo adaptativo que “desconecta” nuestra mente de la realidad cuando nos encontramos ante una situación límite que sobrepasa nuestros recursos psicológicos de afrontamiento, es como un estado de anestesia emocional

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