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Ansiedad social: ¿Cómo reconocerla y qué hacer?

  • Foto del escritor: JAVIER HIGAREDA
    JAVIER HIGAREDA
  • 9 jun
  • 5 Min. de lectura
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Por Psic. J. Vianey Plata Santander y Dr. Javier Higareda


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¿Tu hijo, hija o un adolescente cercano evita hablar en público? ¿Tiene miedo constante de ser juzgado por los demás? ¿Muestra inseguridad en situaciones sociales comunes? ¿Evita conocer gente nueva por ansiedad o temor? Estas conductas pueden dificultar su rutina diaria y es posible que se trate de ansiedad social.[V1] 

Hoy en día, los adolescentes crecen en un entorno donde la tecnología y la conectividad digital aceleran constantemente su ritmo de vida. Las redes sociales pueden generar expectativas poco realistas y alimentar inseguridades. Además, las secuelas sociales de la pandemia (aún presentes a pesar del tiempo), como el aislamiento y la dificultad para expresar emociones, han afectado su bienestar.

Esta combinación de factores ha dado lugar a un problema creciente: la ansiedad social. Este problema psicológico puede dificultar la interacción social y el rendimiento académico de los adolescentes.

¿Qué es la ansiedad social? 

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La ansiedad social es un miedo intenso y persistente a ser juzgado o rechazado en situaciones sociales. Los adolescentes que la experimentan pueden tener síntomas físicos como enrojecimiento, sudoración, temblores, latidos rápidos del corazón, malestar estomacal, dificultad para hablar o mantener contacto visual y suelen evitar las situaciones donde son el centro de atención.


¿Te has detenido a pensar en cómo se siente tu hijo o hija en situaciones sociales?

Imagina a una persona que experimenta una preocupación y temor intensos al hablar en público. Evita conocer gente nueva, salir en citas, participar en clase o incluso hablar con personas como profesores, directivos etc. Situaciones cotidianas como ir a comprar algo o tocar un instrumento musical pueden generarle angustia si es observado o si otros notan sus síntomas de ansiedad. Este malestar puede llevarlo a aislarse durante semanas, evitando lugares o eventos donde puede ser el centro de atención.


¿Cómo se manifiesta en adolescentes?

Específicamente, cuando están rodeadas de otras personas o cuando tienen que actuar frente a alguien, las personas con ansiedad social pueden:

ü  Enrojecerse, sudar o temblar.

ü  Tener latidos rápidos del corazón.

ü  Sentir que su “mente se pone en blanco” o tener malestar estomacal.

ü  Mostrar una postura corporal rígida o hablar con una voz sumamente baja.

ü  Tener dificultad para hacer contacto visual, estar o hablar con personas que no conocen en situaciones sociales por más que quisieran hacerlo.

Esta situación puede afectar negativamente las relaciones interpersonales, aumentar los niveles de soledad y victimización, y disminuir el rendimiento académico, lo que puede llevar al rezago y la deserción escolar. La ansiedad social puede variar con el tiempo; algunos adolescentes mantienen niveles estables, mientras que otros experimentan un aumento en la intensidad de los síntomas.


¿Por qué ocurre?

En el ámbito de la salud mental, la ansiedad social en adolescentes mexicanos es un tema de gran preocupación. Aunque es uno de los trastornos más comunes, se considera menos grave en comparación con otros, lo que lleva a que muchos adolescentes no reciban el tratamiento necesario. Esto resalta la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados en el país, especialmente cuando factores socioeconómicos y culturales juegan un papel importante en su prevalencia y expresión.

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Además, los trastornos de ansiedad pueden estar relacionados con otros problemas cómo la depresión, la cual es un predictor importante de ansiedad y otros trastornos mentales. Estudios en México, revelaron que el 35.8% de los adolescentes experimentaban depresión o ansiedad, y el 32.1% de ellos habían intentado suicidarse, otros estudios en el centro del país señalan que la prevalencia de este problema es de aproximadamente 15% en adolescentes entre 12 y 18 años. Factores como el género, la familia sin comunicación o autoritaria, el uso de sustancias y las experiencias de vida difíciles están vinculados a la presencia de estos trastornos, siendo más frecuentes en las mujeres que en los hombres, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos.


¿Cuándo y cómo pedir ayuda?

El primer paso para un tratamiento efectivo es recibir un diagnóstico de un profesional en salud mental. En general, la ansiedad social se puede tratar con psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos.

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Dado que cada persona es diferente, es importante hablar con un profesional para determinar qué enfoque es el más adecuado. Una de las terapias recomendadas es la terapia cognitivo-conductual, un tipo de tratamiento con base a la evidencia que ayude a cambiar la forma en que pensamos, actuamos y reaccionamos en diversas situaciones, reduciendo la ansiedad y las preocupaciones. Además, la terapia sistémico-familiar también puede ser útil, ya que permite aprender y practicar habilidades sociales, lo cual es esencial para abordar este problema.


¿Qué podemos hacer como familia?

  • Informase y compartir información: Una forma eficaz de ayudar es educándose sobre el tema. Investiga cuáles son los signos de alerta, conoce las opciones de tratamiento y mantente actualizado con las investigaciones más recientes.

  • Conversar con honestidad: Es fundamental crear un ambiente de confianza para que las personas se sientan seguras al expresar sus pensamientos. Si crees que un amigo o familiar está enfrentando este problema, tómate el tiempo para hablar con ellos, expresar tu preocupación y ofrecer tu apoyo.

  • Saber cuándo buscar ayuda: Si la ansiedad empieza a afectar áreas importantes de la vida, como la escuela, el trabajo o las relaciones con amigos y familiares, es crucial buscar la orientación de un profesional.


En resumen, la ansiedad social en adolescentes mexicanos es un problema complejo, influenciado por factores personales, familiares y sociales. Para abordarlo de manera efectiva, es fundamental contar con estrategias de evaluación e intervención adaptadas a las necesidades de cada joven. Herramientas diseñadas por Good Life Terapia y la Universidad de Granad pueden ser útiles para identificar oportunamente, permitiendo un enfoque más preciso y culturalmente adecuado. Si como padres notan que su hijo o hija está enfrentando dificultades sociales relacionadas con la ansiedad, recuerden que hay ayuda disponible. El primer paso para mejorar su bienestar es buscar orientación profesional. No duden en intervenir: el apoyo temprano puede marcar una gran diferencia en el futuro de su hijo/a. Juntos podemos ayudarles a superar estos retos y ofrecerles una vida más plena.

J. Vianey Plata Santander, especialista en estrategias de comunicación para el bienestar emocional en escuelas, familias y parejas. Licenciada en psicología, diplomados y cursos  en el ámbito de la intervención clínica en terapia sistémico familiar. Autora de artículos científicos en torno al acoso escolar validando la escala IMAPU (Inventario Multidimensional de Acoso Psicológico en Universidades) por el consejo CNEIP y  la sociedad mexicana de psicología social AMEPSO. Experta en programas de inclusión educativa, estrategias didácticas, evaluación del aprendizaje significativo, orientación vocacional, manejo de trastornos psicológicos como ansiedad, estrés, depresión. Forma parte de Good Life Terapia, si deseas agendar escríbenos.

 


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Psic. Javier Higareda: Coordinador académico en GLT, investigador en clínica psicológica y ciencias del comportamiento.

 

WhatsApp: 77-14-35-44-21.



Inspiración basada en:

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De Lijster, J., Dieleman, G., Utens, E., Dierckx, B., Wierenga, M., Verhulst, F., y Legerstee, J. (2018). Social and academic functioning in adolescents with anxiety disorders: A systematic review. Journal of affective disorders, 230, 108-117. https://doi.org/10.1016/j.jad.2018.01.008.

Instituto Nacional de la Salud Mental (2022). Trastorno de ansiedad social: Más allá de una simple timidez.            Departamento de salud y servicios humanos de los Estados Unidos. Institutos Nacionales de la Salud Publicación de NIH Núm. 22-MH-8083S

Leigh, E., y Clark, D. (2018). Understanding Social Anxiety Disorder in Adolescents and Improving Treatment Outcomes: Applying the Cognitive Model of Clark and Wells (1995). Clinical Child and Family Psychology Review, 21, 388 - 414. https://doi.org/10.1007/s10567-018-0258-5

Martínez-Nicolás, I., Castañeda, P., Molina-Pizarro, C., Franco, A., Maya-Hernández, C., Barahona, I., Martínez-Alés, G., Bisquert, F., Baca-García, E., y Barrigón, M. (2022). Impact of Depression on Anxiety, Well-being, and Suicidality in Mexican Adolescent and Young Adult Students From Mexico City: A Mental Health Screening Using Smartphones. The Journal of clinical psychiatry, 83 3. https://doi.org/10.4088/jcp.20m13806.

Serván-Mori, E., González-Robledo, L., Nigenda, G., Quezada, A., González-Robledo, M., y Rodríguez-Cuevas, F. (2020). Prevalence of Depression and Generalized Anxiety Disorder Among Mexican Indigenous Adolescents and Young Adults: Challenges for Healthcare. Child Psychiatry & Human Development, 52, 179 - 189. https://doi.org/10.1007/s10578-020-01001-9.

 
 
 

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